Ser feliz depende de mi

Ser feliz depende de mí? Si la felicidad muy a pesar de lo que podamos pensar no nos la brindan otras personas. La felicidad la encontramos en nosotros mismos.

Nacemos solos y como individuos únicos tenemos nuestra propia capacidad de ser felices. Según la naturaleza Buda, lo divino está en nuestro interior, así que la felicidad se encuentra dentro de nosotros. Esto quiere decir que todos buscamos ser felices. Si yo me siento bien conmigo misma, nunca podré ser infeliz. Infelices nos pueden hacer ciertas circunstancias que vivimos en algún momento con alguien de nuestro entorno a quien queremos o apreciamos. Sin embargo, esas personas o circunstancias no pueden robarnos nuestra felicidad. A lo mejor nos intranquilizan, pero no podemos dejar que nos afecten a tal punto que nos hagan sentir infelices.

Ser feliz depende de mi: Nadie puede robarte tu felicidad

Así como lo lees, que nadie jamás te quite tu felicidad. Nunca dependas de alguna persona para creer que sin ella no puedes ser feliz. Como tampoco creas que la felicidad la puedes encontrar en ciertas cosas materiales, porque no es así. Más bien piensa” ser feliz depende de mí, porque vivo como quiero, pienso lo que quiero, hago lo que deseo hacer. Soy feliz con quien soy. Esa es la verdadera felicidad y depende solo de ti. Sin embargo, la felicidad también viene de la capacidad de cada uno de nosotros de afrontar la vida y las circunstancias que se presentan de una manera optimista y creyendo en uno mismo. También una sonrisa un atardecer, oír la música que nos gusta, compartir con las personas que queremos y que nos llenan la vida, nos da felicidad. Por esto que es tan importante saber con quién estar y de quienes rodearnos.

La felicidad es el objetivo principal de la existencia

Sabías que tanto para Sócrates, como para la mayoría de los filósofos griegos, la felicidad es el objetivo principal de la existencia? Es así, para Aristóteles, la felicidad dependía de la virtud. El hombre que vive bien, actúa bien. Así es como llegamos a la conclusión de que la felicidad va más allá de cualquier sensación placentera o de cualquier persona que creas que te haga feliz.

Eres feliz porque vives esas sensaciones o la experiencia de compartir con esa persona siendo tú plenamente feliz. Para los monjes tibetanos la felicidad está en amarnos y amar, respetarnos y respetar. He ahí para ellos donde se encuentra la fuente de la felicidad. Entonces si la felicidad nace del amor que aflora de nosotros mismos, esa felicidad es nuestra y la compartimos con los demás. Ellos también comparten con nosotros su felicidad, creando así momentos inolvidables.