Síndrome del Impostor: el Mayor Enemigo eres Tú

El síndrome del impostor es más común de lo que pensamos y principalmente lo sufren las mujeres.

Si alguna vez has sentido que no mereces el puesto de trabajo que tienes, que no tienes tanta capacitación como otros, o que tus logros han sido cuestión de la suerte, es posible que sufras del síndrome del impostor.

El síndrome del impostor no distingue sexo, posición o edad. Cualquier persona puede tenerlo. Pero sobre todo, afecta en mayor medida a las mujeres.

No importa qué tantos logros profesionales, académicos y elogios recibas, el síndrome del impostor siempre te hará sentir insuficiente. Como si hubieses sido favorecida para llegar hasta donde estás.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor fue acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Ime en 1978 luego de investigar por años a mujeres de gran éxito. Aunque no es reconocido oficialmente como una afección de la salud mental, es una condición real que afecta principalmente a mujeres (Martins, 2021).

Este es un trastorno psicológico que deriva en mucha ansiedad en quien lo padece ya que las personas son incapaces de asimilar sus logros. Cuando la sensación constante de ser un fraude te acompaña, incluso si tienes un ascenso o si logras un proyecto exitoso, o cuando sencillamente te elogian, corresponde a un signo de síndrome del impostor.

Un síndrome cada vez más común

El International Journal of Behavioral Science, asegura que más del 70 % de las personas piensa que no merece el lugar que ocupa en su profesión o en general, en su vida (De Sousa, 2021).

Desde Michelle Obama hasta Kate Winslet, una gran lista de personalidades femeninas reconocidas ha sufrido del síndrome del impostor.

Señales de que sufres del síndrome del impostor

  • Siempre tienes la sensación de no ser suficientemente capaz respecto a otros. Crees que no estás suficientemente preparada aún cuando has superado pruebas que demuestran tu aptitud.
  • Te sientes culpable o inmerecedora cuando compras algo caro o fuera de tu presupuesto común.
  • Piensas que, si reconoces la calidad de tu trabajo, estás siendo poco humilde o condescendiente.
  • Asumir nuevos desafíos representa una crisis, porque piensas que tus capacidades no son tan óptimas como otros creen.

Consejos para sobrellevar el síndrome del impostor

  • Para vencer a los pensamientos de incapacidad en la cabeza, se necesita de empoderamiento.
  • Al menos 7 de cada diez personas lo ha sufrido en algún momento de su vida (Blasco, 2015). Sigue estos consejos para que no te auto-sabotees con el síndrome del impostor:
  • Habla sobre lo que te está causando sufrimiento, reconoce cuáles son los pensamientos negativos e identifica con hechos si son reales o no.
  • Pensar negativamente es un mal hábito. Necesitas entrenarte para ver las cosas desde una perspectiva en la que eres capaz.
  • Deja de ser perfeccionista. Reconoce que puedes cometer errores y sé amable contigo misma.
  • Acepta elogios y reconoce que tú misma has sido la pieza clave en los éxitos de tu vida.
  • Tampoco minimices tus triunfos, celebra las metas alcanzadas.

Uno de los principales signos del síndrome del impostor es no sentirse merecedor de los éxitos logrados. Cada meta celébrala. Gracias a ti ese proyecto, u objetivo se logró.

  • No te compares con las demás. Recuerda que tu mente siempre va a competir con una versión idealizada de los demás que no es real.

El síndrome del impostor te lleva al auto-sabotaje. Incluso, puedes terminar en lugares laborales de explotación o relaciones interpersonales donde no eres valorada. ¡No dejes que tu mente te juegue en contra! Aprende a identificar tus pensamientos irreales de incapacidad o necesidad de perfección y véncelos con esfuerzo.


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